La ganancia derivada de su venta o amortización se considera un rendimiento de capital mobiliario que tributa al tipo aplicable a las rentas del ahorro en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Las Letras del Tesoro son un activo común entre los inversores con perfil conservador. Debido al aumento de rentabilidad impulsado por la política monetaria de los bancos centrales, este producto ha ganado popularidad entre diferentes tipos de inversores, registrando este año un récord de compras por parte de minoristas.
Aunque la seguridad de estos títulos emitidos por el Estado es una de sus características más destacadas, es importante conocer en detalle su tratamiento fiscal para evitar sorpresas. Aunque la mera posesión de este activo no tributa, la ganancia generada por la diferencia entre el precio de compra y el de venta o amortización se considera un rendimiento de capital mobiliario, gravado según el tipo impositivo del ahorro en el IRPF.
Actualmente, los tipos aplicables a las rentas del capital son del 19% para los primeros 6.000 euros; del 21% para los importes entre 6.000 y 50.000 euros; del 23% entre 50.000 y 200.000 euros; del 27% entre 200.000 y 300.000 euros; y del 28% para cantidades superiores. Esto significa que si se adquieren Letras del Tesoro por 1.000 euros y se obtienen 1.100 euros al venderlas, el contribuyente pagará el 19% sobre los 100 euros de ganancia, es decir, 19 euros.
Las rentas obtenidas por la transmisión de Letras del Tesoro no están sujetas a retención previa, excepto en el caso de cuentas financieras basadas en operaciones sobre estos activos, por lo que deben declararse en la Campaña de la Renta.
(Expansión, 18-09-2024)